El origen de la letra eñe (ñ)
La eñe surge como una ligadura o una sujeción que uno una cosa con la otra.
La historia se inicia en los monasterios del siglo IX, donde el ahorrar letras al escribir era algo muy necesario por el consumo de papel y tinta, los pergaminos eran muy costosos y no eran fáciles de conseguir. Así que una manera de ahorrar letras fue emplear esa letra como una ligadura, para cuando se hiciera el uso de la “nn” se reemplazaba por una pequeña ene con su parte superior llamada virgulilla.
Con la evolución de lo que fue la caligráfica, la virgulilla comenzó a ser una simple raya. Luego con la evolución de la lengua en España, esta paso a formar un nuevo sonido independiente como pasó en otros muchos países con la letra doble uve. De esta manera ya para el siglo XV se comenzó a identificar la letra eñe y su sonido como algo propio del castellano por no existir ningún precedente en el griego, latín o árabe.
Así que la eñe es la decimoséptima letra del abecedario español, que representa un fonema consonántico de articulación nasal y palatal.